sábado, 15 de agosto de 2015

¿Puede la esquizofrenia afectar a la vida sexual?



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La afectividad y la sexualidad son una parte inherente al humano. Desde los primeros años de vida, buscamos cercanía e intimidad con nuestros cuidadores primarios y creamos esquemas acerca de cómo son las relaciones. Mediante la experiencia que nos brindan los diferentes vínculos inter  personales (amigos, pareja, familia, etc.), se desarrolla y construye nuestra capacidad para amar y mantener relaciones íntimas de pareja.
En las personas con enfermedad mental, el derecho a una sexualidad saludable se ha visto limitado por múltiples barreras que han frenado y perturbado un correcto desarrollo evolutivo. Tanto es así que tan solo una de cada tres personas con esquizofrenia se siente satisfecha con su vida sexual.
Ante esta dura realidad, cabe cuestionarse hasta qué punto y de qué manera la enfermedad, la medicación o los condicionantes externos influyen en el funcionamiento sexual de estas personas. Hoy vamos a reflexionar sobre ello.
El desarrollo psicosexual en la esquizofrenia
Cualquier tipo de trastorno mental tiene un impacto sobre el desarrollo sexual de la persona. En el caso de la esquizofrenia, la falta de habilidades sociales o el déficit cognitivo pueden provocar impulsividad o falta de control, disminuyendo las oportunidades para experimentar y desarrollar relaciones íntimas saludables. El resultado es una carencia en la adquisición de habilidades y, por tanto, una menor capacidad de adaptación psicoafectiva.
Pero, además, existen otros condicionantes que interfieren y bloquean el desarrollo sexual, entre los que destacan:
1. Los entornos no normalizados. Las unidades de día, hospitales, centros especiales de empleo en muchas ocasiones sirven como caldo de cultivo para reforzar comportamientos disfuncionales, ya que en ellos se relacionan con personas con sus mismas problemáticas, a la vez que se restringen las oportunidades para conocer a gente con las que formar una relación de pareja (tan solo el 14% de las personas con enfermedad mental crónica tiene pareja estable y un 18% afirma no tener ningún amigo).
2. Un apoyo terapéutico y familiar deficitarioLa falta de naturalidad por parte de los profesionales sanitarios y/o familias a la hora de abordar el tema sexual, la escasez de espacios dignos y privados donde poder satisfacer las necesidades sexuales, así como una carente educación en este área, implican, en muchos casos, que la conducta sexual tenga que buscar otras vías menos adaptadas para poder desarrollarse.
3. Los prejuicios  y estereotipos. Pensar que son seres hipersexuados, con conductas perturbadoras o peligrosas, o simplemente que no necesitan tener relaciones afectivas íntimas, son algunas de las muchas ideas que durante años han constituido una gran barrera para la integración en el entorno comunitario.
4. Historia clínica. Las enfermedades físicas asociadas a este colectivo como la hipertensión, la diabetes o las enfermedades coronarias también podrían contribuir a la disfunción eréctil. Además, existe una alta prevalencia de historia de abusos sexuales (más en mujeres que en hombres).
Los antipsicóticos, ¿cómo influyen en la vida sexual?
La búsqueda de una mejora en el  funcionamiento sexual supone una de las razones de peso por las que muchas personas con esquizofrenia abandonan la medicación a largo plazo (hasta un 41% en el primer año de una muestra de personas con la enfermedad tratada con antipsicóticos).
Según las estimaciones, el 54-88% de los varones y el 30-94% de las mujeres con esta enfermedad experimentan disfunción sexual mientras toman medicación. En cambio, la investigación clínica al respecto indica que la mayoría de estas personas mantendrá su disfunción sexual a pesar de no seguir con los neurolépticos. Por tanto, ¿qué parte de estos problemas se explican por el efecto farmacológico?
En un estudio realizado con tres grupos de una muestra de hombres (grupo 1 con esquizofrenia y tratamiento de neuroléptico, grupo 2 con esquizofrenia y con más de 6 meses sin tratamiento, y grupo control sin enfermedad mental)  las diferencias entre ambos fueron claras; los grupos con esquizofrenia mostraban más problemas sexuales que el grupo control en general. Los pacientes tratados con medicación manifestaron menor disminución del deseo, pero mayores problemas en la erección, el orgasmo y la satisfacción general.
Por tanto, los neurolépticos aunque mejoran los síntomas propios del cuadro clínico y, por tanto, inciden en una mayor capacidad para relacionarse e involucrarse en relaciones íntimas, por otro lado, interfieren negativamente en el buen funcionamiento de la respuesta sexual (excepto en el deseo) y pueden estar en la base de muchas disfunciones sexuales.
 El futuro: ampliar la visión de un tratamiento integral
Concebir la sexualidad como una parte más del total de capacidades y/o necesidades de la persona con esquizofrenia y englobar todas ellas en su proyecto de vida, supone un reto, en camino, para conseguir una verdadera inclusión en la sociedad y mejorar la calidad de vida de las personas con esquizofrenia. El apoyo terapéutico debe incluir, por tanto, una adecuada educación sexual que permita romper con los prejuicios que bloquean el acceso a la comunidad, así como una mejora en los efectos secundarios de la medicación que repercuten en una respuesta sexual saludable.

domingo, 19 de abril de 2015

El Pian, segunda enfermedad que sera erradicada despues de la viruela



El joven médico que va a erradicar la segunda enfermedad humana



En el mundo rico, la palabra Pian no dice nada. Pero en las regiones remotas de algunos países tropicales es una peste que azota donde se acaban los caminos, allí donde los médicos son como seres imaginarios de los que hablan los más viejos. El pian es una enfermedad olvidada provocada por una bacteria, emparentada con la sífilis, que sin tratamiento deforma los huesos, deja las piernas como lunas en cuarto menguante y llega a borrar, literalmente, la cara de las personas afectadas, sobre todo niños.
Ahora, el pian, que afecta a unas 500.000 personas, puede desaparecer del planeta gracias a una estrategia que, según se ha anunciado este miércoles, funciona. Un personaje del dramaturgo alemán Bertolt Brecht proclamaba: “Desgraciada la tierra que necesita un héroe”. En este caso, la tierra desgraciada son 13 países de África, el sudeste asiático y el Pacífico occidental, con los que se ceba el pian. Y el héroe es Oriol Mitjà ( medico de Barcelona especialista en enfermedades infectocontagiosas)
En 2010, cuando tenía 29 años, el joven investigador aterrizó en la remota isla de Lihir, en Papúa Nueva Guinea, para trabajar como médico. Llegaba con un premio extraordinario de licenciatura y un máster en Londres sobre enfermedades tropicales bajo el brazo. Al poco de llegar, pasó por su consulta un niño con un síntoma que no había estudiado ni había visto antes en una estancia en India: una úlcera roja en el brazo del tamaño de una moneda de dos euros. Un médico local le puso al día: “Es el pian”.


Un niño pigmeo, antes y después del tratamiento contra el pian. / LAM DUC HIEN/MSF
La enfermedad llevaba olvidada medio siglo. En 1952, cuando había 50 millones de afectados en el mundo, la Organización Mundial de la Salud y Unicef pusieron en su punto de mira al pian con el objetivo de erradicarlo. Iniciaron una campaña de tratamiento masivo con inyecciones de penicilina en 46 países. Doce años después, el número de casos clínicos se había reducido un 95%. Entonces, se decidió relajar el cerco y la bacteria resurgió, volviendo a borrar rostros de niños en las regiones más pobres de los países más pobres.
Mitjà, enfrentado a un enemigo derrotable con un simple antibiótico, decidió no sumarse a la desidia de las autoridades. Junto a su director de tesis, Quique Bassat, ambos del Instituto de Salud Global de Barcelona, se puso a diseñar una estrategia para combatir el pian. Necesitaban un tratamiento más sencillo que un pinchazo de penicilina, una medida que requiere personal médico entrenado y genera miedo entre la población. En 2012, anunciaron los resultados de un estudio con 250 niños  en la revista británica The Lancet: con una sola pastilla de otro antibiótico, la Azitromicina que en los países ricos se suele emplear para bronquitis y otitis, los chavales con pian se curaban.
Animada por el impulso del español, la OMS decidió retomar el objetivo de erradicar el pian y se fijó como meta el año 2020. Como se necesitan tres años sin casos para dar una enfermedad por extinguida, el último enfermo de pian tendría que ser curado en 2017. Faltaba demostrar que la estrategia de Mitjà funcionaba a gran escala. Y funciona.

Técnicamente, la estrategia puede erradicar la enfermedad en 2020", afirma el médico Oriol Mitjà
Un nuevo estudio que se publico este viernes en la revista The New England Journal of Medicinemuestra los resultados de una campaña de tratamiento masivo para la mayor parte de los 16.000 habitantes de la isla de Lihir. En solo un año, entre 2013 y 2014, la proporción de enfermos cayó casi un 90%. La presencia de la enfermedad en la población pasó del 2,4% al 0,3%. Y el estudio continúa con seguimientos para llegar a los cero casos.
“Nuestros resultados demuestran que, técnicamente, la estrategia puede erradicar la enfermedad en 2020”, explica Mitjà por teléfono desde Papúa Nueva Guinea, donde coordina el Centro Médico de Lihir, a 48 horas de viaje desde su casa en España. En su hospital, el pian ha desaparecido. Cuando llegó en 2010, el médico novato se acercó a los colegios de la zona para conocer la extensión de la enfermedad que acababa de descubrir en su consulta. Solicitó a los profesores que pidieran a sus alumnos con úlceras que se levantaran. “La mitad de la clase se ponía en pie”, recuerda. Otros, con la cara borrada o los huesos torcidos, ni siquiera querían ir al colegio y se quedaban en casa.
“La dificultad fundamental para erradicar la enfermedad será llegar a las zonas más remotas”, admite Mitjà. En la isla de Lihir, con aldeas perdidas, su equipo consiguió repartir pastillas al 84% de la población. En otros lugares, alcanzar esa cifra puede ser tremendamente complejo. En septiembre de 2012, Médicos Sin Fronteras intentó poner en marcha la estrategia de los investigadores españoles en uno de los lugares más inaccesibles del planeta, las selvas del norte del Congo. Allí, los médicos pasaban horas en todo terreno, en canoa y caminando por pantanos o a machetazos por la selva para llegar a sus pacientes: pueblos pigmeos de cazadores-recolectores.
El 10% de los niños en las zonas más aisladas presentaba las úlceras del pian. Muchos de ellos eran incapaces de tragarse la pastilla de azitromicina porque nunca habían visto una. Gracias a un esfuerzo épico, la ONG consiguió administrar el antibiótico a 17.500 pigmeos, pero no bastó. En la selva congoleña, los pigmeos, nómadas, iban y venían desde las vecinas República Centroafricana y República Democrática del Congo. Y con ellos viajaba la enfermedad. Las úlceras regresaron a las aldeas tratadas.
“La fragilidad de los sistemas de salud es el talón de Aquiles de cualquier campaña”, reconoce Quique Bassat, ahora destinado al Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique), donde su institución barcelonesa investiga enfermedades como la malaria, el sida y la tuberculosis. Sin embargo, Bassat es optimista si hay voluntad política. “Ahora la obligación de la OMS es promover la estrategia contra el pian y ponerla en marcha”, afirma.


Los 13 países donde el pian es endémico. / NEJM
Uno de los desafíos es poner de acuerdo a los 13 países afectados, ya que la campaña debe ser sincronizada para que sea eficaz. Eso significa coordinar a las autoridades sanitarias de países como Costa de Marfil, República Centroafricana, Congo, República Democrática del Congo, Timor Oriental y Papúa Nueva Guinea.
Otro de los retos es encontrar financiación, aunque el tratamiento es muy barato. En la isla de Lihir, cada píldora de azitromicina ha costado unos 17 centavos de dólar (0,15 euros), gracias al trato con un fabricante indio de genéricos. Los recursos humanos para distribuir la pastilla los ha puesto la empresa minera australiana Newcrest, propietaria del gigantesco depósito de oro que se esconde en el cráter de un volcán extinto en la isla de Lihir. Es uno de los mayores depósitos del mundo. Desde 1997, del volcán han salido unod 280.00' kgs de oro, aunque los 16.000 habitantes de Lihir siguen en la pobreza.

La farmacéutica Pfizer, con 8.000 millones de euros de beneficio, estudia si donar antibiótico para la campaña
Para la campaña internacional de erradicación, la OMS negocia una donación de azitromicina con la farmacéutica estadounidense Pfizer, que no quiso donar en el ensayo en la isla de Lihir. La empresa, que tuvo un beneficio neto de mas de 8 mil millones de euros en 2014, sí ha donado más de 225 millones de tratamientos con azitromicina para la campaña internacional contra en tracoma, otra enfermedad provocada por una bacteria, que en este caso ataca los ojos y ha dejado ciegas a más de un millón de personas en todo el mundo. “Pfizer estaba esperando nuestros resultados para evaluar si dona azitromicina contra el pian”, confía Mitjà.
Si todo sale como está planeado, el pian será la segunda enfermedad humana erradicada tras la viruela. O la tercera, después de la poliomielitis, una patología provocada por un virus que ataca el cerebro y la médula espinal y puede causar parálisis. En un principio, la OMS quiso erradicarla para el año 2000 y, superada por la realidad, fue retrasando la meta hasta el actual 2018. Otra candidata a segunda enfermedad erradicada es la producida por el gusano de Guinea, una especie de espagueti de un metro que agujerea a las personas como en la película Alien. En 2014 solo se detectaron 126 casos, pero atrincherados en Sudán del Sur y Mali, donde grupos vinculados a Al Qaeda han frenado el programa de erradicación.
En 1988, había 350.000 casos en 125 países. Tras una campaña de vacunación internacional, en 2014 solo se registraron 413 casos, concentrados en tres países: Afganistán, Nigeria y Pakistán. En estos dos últimos, grupos armados han asesinado en menos de tres años a 77 trabajadores de campañas de vacunación, por bulos absurdos que afirman que el tratamiento es un plan para esterilizar a los musulmanes. Los fusiles Kaláshnikov y Oriol Mitjà y sus colegas pueden hacer que la fotografía del último enfermo de pian sea la siguiente imagen de la que la humanidad pueda sentirse orgullosa.

Actualización 19 de febrero, 12:00: El texto se ha modificado para incluir la lucha contra el gusano de Guinea y para corregir la formación de Oriol Mitjà, especialista en enfermedades infecciosas y no pediatra como se indicaba en la primera versión.